Hace poco alguien me preguntaba -¿crees en los fantasmas?- Sorprendido le conteste -Claro, los veo todos los días, en los periódicos, en la televisión y por esas calles y carreteras.
Después de ver algunos programas made in USA en donde veo chicos y chicas jóvenes que no tienen reparo en decir a la cámara, que ellos son los mejores y que los demás son idiotas si no hacen lo que ellos quieren y directamente insultan a su contrincante antes de hacer nada. Voy poco a poco haciéndome una composición de como puede haber brotado esta pandemia de espectros.
Cuando alguno de nosotros acaba una carrera universitaria, esta suficientemente preparado para comenzar a aprender nuestra profesión. Una media de tres años suele ser necesario para que lo aprendido en la carrera tenga sus frutos maduros en un puesto de trabajo. Antes de ese tiempo, todos solemos hacer unos trabajos realmente mediocres o medianamente decentes pero con un desarrollo excesivamente largo.
Cuando un directivo medio de una empresa comprende la importancia de todos y cada uno de los empleados, estén en el cargo que estén, desgraciadamente es que ya lleva tantos años trabajando, que ha conseguido una visión de conjunto que cuesta adquirir. Llegado a este punto, muchas veces no tiene ni ganas ni fuerzas para ponerse a cambiar todo lo que ha visto mal. La inercia es una fuerza muy poderosa. Afortunadamente no todos son así y algunas enseñanzas actuales estan en la línea de cambiar las antiguas mentalidades empresariales.
Para adquirir un manejo desenvuelto de cualquier oficio, se necesita el tiempo de aprendizaje para pasar de aprendiz a oficial. Cualquiera puede hacer un poco de bricolaje, pero para amaestrar una pared correctamente o calcular los cables de las diferentes lineas de entrada en una vivienda y saber la caída de la impedancia de antena o un cable electrico, te hace falta un poco más que unas nociones básicas.
En la agricultura ocurre un poco lo mismo. Lo básico sobre plantar cualquier tipo de planta, puede aprenderse, pero cuando estas metido de lleno, es cuando ya has aprendido hasta la luna con la que hay que plantar algo determinado, el mejor tipo de suelo para una determinada variedad o incluso a hacer un injerto en condiciones.
Nadie está sobrecualificado en un determinado oficio o profesión, pues realmente si queremos estar preparados, no se puede dejar de estudiar y aprender en toda nuestra vida laboral. Esto es mas cierto, cuando más tarea mental realices en tu trabajo.
El concepto de que un “buen trabajo” es cobrar mucho y no hacer nada, no es correcto. Cuando ocurre, o el sueldo no esta justificado y se está cobrando una parte de lo que le corresponde a otro, o parte del trabajo nuestro lo está haciendo otro o quizas peor, estamos explotando a otros. La autoestima de los personajes que ostentan estos supuestos “buenos trabajos”, crece hasta saturarse, momento en el que la autoestima da paso a la prepotencia y esta autoestima se convierte en un espectro su portador es conocido como “fantasma”.
Es solo uno de tantos, las variedades de “fantasma” son múltiples, pero la evolución de la autoestima y su cambio a prepotencia es común a todos ellos. De igual forma es común a todos ellos, el desprecio por la mayoría de los demás. Hagan lo que hagan los demás, nunca esta bien o directamente está mal hecho, por el simple motivo que no está realizado como ellos lo hubieran hecho. Aunque los demás tengan lo mismo que ellos, lo de ellos es mejor y lo de los demás es (en sus propias palabras) “una puta mierda”.
¿Que tienen en común?: Un albañil, un ingeniero, un agricultor, un arquitecto, un barrendero, un dentista, un ganadero y un político.
La respuesta es que son personas y unos se necesitan a los otros para seguir con su vida. Cualquier trabajo que uno de ellos haga mal, al final acabara influyendo en los otros.
Si somos todos iguales, por que no empezamos a comportarnos como tales y como iguales nos tratamos los unos a los otros.