Despues de diez años sin noticias de Ayla, la mujer cromañón que ha protagonizado las cinco primeras novelas de la saga “Los hijos de la tierra”, nos aparece en una sexta novela. Estos diez años han permitido a Jean M. Auel, pasearse por tierras francesas y recoger información para poder situar el libro en el entorno y la época. Según dicen los entendidos en la materia, lo ha conseguido.
Realmente, a pesar de las casi 800 paginas del libro, no lo he llegado a disfrutar ni la mitad que el anterior y eso que siguen pareciendome mejores con diferencia, los tres primeros de la saga. Los tres últimos están repletos de descripciones que posiblemente sean enormemente interesantes, pero que para mi gusto le restan vitalidad al conjunto del relato.
Todas las personas que seguiamos la saga, estabamos esperando que apareciera esta última novela, quiza por eso a mi me decepciono un poco, pero estoy segura que a aquellos que no lleven una idea preconcebida o no hayan leido ninguno de los otros libros, probablemente les guste.
El hecho que tenga que introducir parrafos con las explicaciones de cosas que han ocurrido en las otras novelas, a las que ya las hemos leido, nos aburre un poco, pero hay que entender que se deben explicar para aquellas personas que no hayan leido toda la saga.
Conclusión: Recomendable a pesar de todo, pero aconsejable haber leido antes las otras cinco novelas de la saga